viernes, 14 de septiembre de 2012

AUDIOVISUALES Y EL VALOR PEDAGOGICO


1.      El hecho audiovisual.
Los lenguajes audiovisuales aparecen a lo largo del siglo XX como nuevos elementos de atracción, de recurso y de información. La realidad audiovisual no se limita solo al sonido e imagen ante la vista y el oído del destinatario. Hay una tercera dimensión, que es el movimiento, con ritmo, estímulo y colaboración inconsciente del receptor, quien pone su fantasía en funcionamiento. 

Son lenguajes vivos y completos con energía encauzada, estímulo sostenido, capacidad persuasiva, que se comparten. Los mensajes se refuerzan con el apoyo del entorno de las personas cercanas. También se acomodan a lo que el niño usa con preferencia: ojos, manos, oídos y a la que el joven prefiere como cauce de evasión y de puesta en juego de mecanismos afectivos de compensación. Precisamente por eso tienen tanto valor pedagógico. 

2. Tres rasgos o factores. En el campo audiovisual se toman en cuenta 3 variables: 

2.1. Visual

Se expresa por el valor de la imagen que se sitúa ante los ojos. Unas veces es imagen conocida; en ocasiones se presenta como novedoso y original. 

La imagen es el punto de partida para que la mente comience a funcionar, estimulan la fantasía, la mente se encauza hacia el objetivo propuesto. Por eso es importante el color, el tamaño, la posición, la variedad de formas, la diversidad que procede de la naturaleza, los contrastes. Todo lo que entra por los ojos, llega a la mente, se combina en ella y se dinamiza con la efectividad. 

2.2. Auditiva

En el producto audiovisual, se pone también en funcionamiento el sonido: palabra, música, ruido, silencio. Es el segundo factor que da fuerza a este lenguaje y estimula la creatividad de la mente, tanto de quien la emplea para comunicar como de quien recibe lo que transmite. Es la mente la que “organiza”, a partir de lo que entra por los ojos y oídos. La respuesta depende de cada uno.

Las formas de ofrecer los sonidos son múltiples. La palabra se expresa en monólogos, diálogos y coloquios. Entre los sonidos están la música y la canción. Los oídos se intercomunican con las imágenes llegadas por los ojos y en el interior se enlazan con ellas. 

2.3. Motriz

El movimiento es la tercera dimensión de los lenguajes audiovisuales. El movimiento es equivalente a la vida. En el lenguaje audiovisual el poder comunicativo está en el ritmo, en la sucesión, en la naturalidad con que van aconteciendo los hechos. Sin el movimiento, se cae en la artificialidad y se pierden muchos de los efectos que se producen con la simple imagen visual y con el sonido. Con todo, el movimiento no puede ser salvaje, sino eco y referencia de la inteligencia productora. 

3. Exigencias de lo audiovisual

Los instrumentos en que se apoya este lenguaje son diversos. Sin embargo, todos presentan un común denominador: el poder de transferencia, que es la que explica su influencia. Su difusión y éxito en la cultura moderna y la demanda social de que son objeto, se debe a que son una forma de rápida emisión y fácil recepción. 

Para que un medio audiovisual se convierta en un recurso comunicativo real tiene que tener una serie de rasgos propios. Entre ellos podemos indicar: 

o   A la calidad técnica: de imagen, sonido, proporción, movilidad.

o   A la originalidad de las formas, figuras y a su adaptación a las ideas.

o   A la referencia de atractivo que ejercen las imágenes en los receptores.

o   A la proporción en su número, duración o intensidad, para evitar la fatiga.

o   A la oportunidad de sus expresiones orales y de sus formas visuales. 

4. Variedad audiovisual

4.1Cine

 Es el arte de representar en una pantalla el movimiento simulado mediante la superposición de fotografías proyectadas (24 cuadros por segundo). El espectador recibe la impresión de realidad, efectos de relieve, tridimensionalidad, incluso, con recientes iniciativas informatizadas de selección simulada, de interactividad entre espectador y personajes de la pantalla. 

En los tiempos actuales han disminuido los hábitos sociales de acudir masivamente a salas de proyección (cines). No obstante, se han divulgado otras alternativas comercialmente más atractivas, como los films de consumo individual o las salas de proyección múltiples a gusto del consumidor.
 
4.2.  Televisión y video

La imagen grabada y proyectada de cerca,  como en el video, o a distancia, como  la televisión, es recurso de técnica similar al cine, pero con contenidos e intensiones más momentáneas. Mediante la toma de vistas y  su emisión, simultánea o diferida, potenciada al máximo con los modernos cauces de  difusión (satélite, cable, fibra óptica, alta definición, etc.). 

Es un poderoso elemento de influencia, no solo en campos informativos si no en toda la gama de sentimientos preferencias, actitudes, mensajes hábilmente repetidos o seleccionados.  


El video o las grabaciones videoscópicas o magnetoscópicas con términos usuales imprecisos, se prestan a elaborar o usar una imagen en movimiento más cercana, seleccionada a gusto y mantenida y manipulada según desea quien hábilmente dispone la información gráfica registrada.  Las variadas tecnologías de la imagen siguen ofreciendo recursos que parecen no tener fin.

El video se convierte en una técnica con un lenguaje que incide en la vida y en los modos de pensar. Resulta instrumento  portador de lenguajes variables: culturales, sociales, estéticos y religiosos. Va desde el entretenimiento superficial que conduce al vicio (ludomania visual, manipulación, etc.) hasta el uso más digno que facilita la intercomunicación entre personas como en otros tiempos lo facilitó el lenguaje escrito: cartas, libros, prensa, mensajes gráficos. 

4.3. Otros audiovisuales
Fotomontaje o fotocomposición. Supone la unión fácil entre variedad de imágenes gráficas y o fotográficas y palabras, sonidos o símbolos, para proporcionar a las receptores una reflexión o interpretación de las figuras a de las intenciones que hay detrás de ellas. El aprovechamiento de “prensa de desecho” ofrece tantos recursos en cantidad y tan asequibles que en cualquier ambiente se cuentan con cantidades inagotables para ello (periódicos y revistas abandonadas, folletos comerciales, etc.)



La fotopalabra, explicación viva de imágenes previamente seleccionadas, como forma de expresión; recopilación ordenada (collage) o a cadenas improvisadas (montaje) o abanicos de figuras que suscitan la observación y la crítica de quienes la contemplan.

Y también se puede sugerir variadas técnicas de documentación, como confección de dossieres, de archivos, de entrevistas, de documentos gráficos o sonoros debidamente graduados y seriados, que se ofrecen posteriormente para la reflexión y el registro de datos. 
 
 

5. Poder educativo

Es frecuente usar los medios audiovisuales en actividades pedagógicas. Su valor depende del modo de uso y de los resultados que se consiguen. 

El niño está en proceso de desarrollo, necesita y busca experiencias sensoriales. Estos lenguajes le ofrecen todo ello: sensación, movimiento y satisfacción. Le brindan vida, combinan las ideas con las imágenes. Hacen posible la precisión que él, por inmadurez, no puede todavía generar o comprender. Interesa valorar el poder de persuasión y de transmisión que estos lenguajes tienen en el niño. Cuando las entienden como lenguaje, las usan con interés, con moderación, con adaptación al mensaje que se quiere transmitir.  

5.1. Calidad técnica

Se debe emplear con interés lo que realmente es valioso, tomando en cuenta lo diguiente:

1. Calidad de imagen, combinando tamaños, colores, figuras, preparación.

2. Brevedad en la exposición de cada imagen.

3. Movilidad de las mismas en armonía con la dinámica mental del espectador.

4. Variedad de figuras que van desde el contraste, al juego hábil de planos fotográficos de diverso alcance.

5. Adaptación al sujeto receptor.

6. Proporción entre el conjunto y cada segmento.

7. Sencillez en las formas, buscando más la comunicación que la exhibición.

8. Visibilidad o claridad en la figura, la cual no debe precisar explicaciones para entender su presencia.

9. Progresión o sucesión según un plan previsto y finamente predispuesto.

10. Originalidad, creatividad, novedad y cierta sorpresa que ayude a mantener el interés y la atención hasta el final. 

5.2. Habilidad pedagógica

Es conveniente cierta austeridad, mucha adaptación y gran capacidad de interpretación. La austeridad exige emplear el audiovisual sólo cuando es provechoso. La adaptación conduce a diferenciar bien las edades, los mensajes que se transmiten y los momentos en que se hacen. La interpretación exige que el esfuerzo hecho pare leer la imagen no sea superior al que se realice para producirla y transmitirla. 

El valor del lenguaje está en la capacidad para dar claridad al mensaje. Los lenguajes educativos visuales son poderosos para comunicar, pero requieren experiencia y habilidad para persuadir, interesar y clarificar.  

6. Conclusiones.

Con estos lenguajes audiovisuales se dirige el educador  al grupo más que al individuo. Cuando se emplean se pretende que todos, y no los más capaces, sepan mirar las cosas, al mismo tiempo que vean, escuchen al mismo ritmo, piensen y en forma paralela juzguen. Esto significa que deben ser lenguajes muy activos y atractivos, porque si conducen a la pasividad,  pierden el verdadero alcance que los define como vehículos de comunicación. 

FUENTE

Texto tomado de: Diccionario de Pedagogía Religiosa. Lima: Bruño, 2006. t. 1, p. 113-116

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