domingo, 23 de septiembre de 2012

HISTORIA DE LA BIBLIOGRAFÍA

  Por: María Rosario Carrasco Patzi
INTRODUCCIÓN
El término bibliografía proviene de dos vocablos griegos: BIBLION = LIBRO y GRAPHIEN = ESCRITURA O DESCRIPCIÓN. Entonces,  la Bibliografía es la descripción de todo material bibliográfico. Para la UNESCO es la técnica de compilar sistemáticamente listas descriptivas de materiales escritos y publicados.

Según el autor Javier Lasso de la Vega el Objetivo de la Bibliografía es: permitir la identificación de los materiales escritos publicados,  impresos o no impresos desde el punto de vista del interés de la persona que consulta.

Según la UNESCO la Bibliografía:

Ø  Estimula la adquisición o lectura de una publicación en particular.

Ø  Facilita datos sobre las fuentes de las cuales se ha obtenido la información.

Ø  Facilita información sobre los materiales escritos o publicados en existencia en una categoría determinada.

Ø  Es una forma simple de descripción de los materiales,

Ø  Proporciona información acerca del lugar en que puedan obtenerse o encontrarse.

Ø  Proporciona en forma resumida el contenido de la obra para su comprensión y consulta.

Hay que tener en cuenta que hasta mediados del siglo XX la bibliografía entendida desde el punto de vista tradicional, se identificaba con las fuentes de información, dado que los soportes de carácter bibliográfico, (libros, publicaciones periódicas...), eran los documentos propios de la información. Pero en la actualidad, el concepto de fuentes de información se amplía a todo tipo de documentos independientemente del soporte y ello es debido a la introducción de las nuevas tecnologías en el acceso, la elaboración y la identificación de la información.
En torno a la historia de la Bibliografía se pueden realizar diversas clasificaciones, pero en este trabajo se hace un recorrido espaciotemporal universal, hasta arribar a lo nuestro: "los repertorios bolivianos".

1. FUNDAMENTO TEÓRICO

1.1. HISTORIA DE LA BIBLIOGRAFÍA UNIVERSAL

Los pueblos antiguos, no dejaron vestigios de trabajos bibliográficos: sin embargo al célebre poeta y bibliotecario egipcio Calímaco, se le atribuye el haber elaborado el primer catálogo de libros existentes en la biblioteca de Alejandría. (Siglo IV a de Cristo).

En el siglo IX,  se encuentran los primeros esbozos bibliográficos como la obra  del teólogo, lexicógrafo griego de nombre Focio patriarca de Constantinopla y causante de la separación entre la Iglesia romana y la griega, publica  su Myribiblion (o Bibliotheca) compendio de manuscritos griegos  antiguos.  

En el siglo XV, surgen los primeros esbozos de trabajos bibliográficos. Uno de ellos es la obra del francés Vincent Beauvais quien en 1473 publica una colección de los “Specula” un catálogo de libros publicados en Francia. También en este siglo se produce una explosión documental, debido a la aparición de la imprenta.

Siglo XVI el italiano Aldo Manucio publica en 1583 las obras de Marco Tulio Cicerón,  de igual forma en España, San Isidoro de Sevilla considerado como el príncipe de la bibliografía en lengua española, publica: “Orígenes o Etimologías” en una obra contenida en veinte tomos.

En los siglos XVI Y XVII, en las obras de carácter bibliográfico, se daba importancia a las obras manuscritas antiguas, y estas se clasificaban por lenguas, como bibliografías en griego y en latín.

Durante el siglo XVIII, aumenta el interés por el trabajo bibliográfico gracias a la ayuda de los "Jesuitas” que dieron un importante aporte  a la difusión de la bibliografía durante este periodo.

En España, se destacan  los trabajos bibliográficos de Francisco Arauz, con su “Tratado de Bibliografía” y Nicolás Antonio con su obra “Biblioteca Hispana”, constituyendo así,  los aportes bibliográficos más importantes del siglo XVIII en materia bibliográfica en lengua española.

 Entre los siglos XVII y XVIII se produce en Europa  una verdadera pasión por la bibliografía. Aparecen las publicaciones más importantes de este periodo, como la del francés V. Borel quien publica en 1754 su obra “Biblioteca Química”, la cual se constituye en la primera bibliografía especializada en el campo de la química. Trabajos similares surgen en diversas regiones de Europa como: “El Índice general de revistas mensuales", "Catálogo bibliográfico”, referido a teología, filosofía y medicina, “Repertorio bibliográfico de incunables” y otros.

 Siglo XIX, el término bibliografía cobra una real dimensión “como una lista o referencia de libros existentes sobre un tema o materia”, los trabajos bibliográficos se incrementan, surgen las primeras obras que enseñan el arte de la recopilación y el estudio de la bibliografía, como el “Curso elemental de bibliografía”, publicada por el francés Achard.

 En Alemania, Eber J. y Weber Esch, publican obras bibliográficas de gran importancia, los repertorios bibliográficos, libros antiguos, incunables y bibliografía de libros y ediciones raras.

 Durante el siglo XX los trabajos bibliográficos se amplían,  surgen obras de  enseñanza y divulgación de la bibliografía, considerada por unos como una ciencia por otros como una técnica, el francés L. N. Malcles y el belga, Paul Otlet sientan las verdaderas bases de la bibliografía actual conjuntamente con los norteamericanos A . M. Robinson, B.S. Wynar y otros a los cuales se deben añadir el decidido apoyo de la UNESCO, con la publicación del Boletín bibliográfico, dirigido a la formación y enseñanza de la bibliografía  en los países de América Latina.

 Dentro de los bibliógrafos más, destacados en el ámbito latinoamericano, se debe destacar a los españoles G. Escamilla,  J.  Fini Haourcade, J. Sabor y Javier Lasso de la Vega además de los argentinos: Domingo Buonocore y Jorge Luis Borges.

 En Bolivia, el primer Catálogo de la Bibliografía Boliviana se da a la publicidad, con la única finalidad de difundir la producción literaria general del presente siglo desde 1900 hasta 1963 que viene a llenar un gran vacío en la historia de las letras nacionales. Será una guía indispensable que tiende a constituirse en repertorio de obras impresas que facilitará en gran parte la dilatada tarea de todos aquellos investigadores, escritores, literatos, bibliógrafos y hombres de letras que necesitan de una fuente de información copiosa y documentada. La finalidad de un Catálogo debe ser la expresión real y lo más íntegro posible de toda publicación impresa grande o pequeña.

1.2. HISTORIA DE LA BIBLIOGRAFIA EN BOLIVIA

De acuerdo con  don Arturo Costa de la Torre, la bibliografía nace en Bolivia con la publicación de las obras del insigne bibliógrafo boliviano don Gabriel René Moreno como son:

“Proyecto de una estadística bibliográfica de la tipografía boliviana” publicada en 1874 “Biblioteca boliviana: catálogo de libros y folletos” publicada en 1879 “Biblioteca boliviana: catálogo de archivo de Mojos y Chiquitos” 1888 Obras de gran importancia para la difusión y conocimiento de la bibliografía boliviana.

Gabriel René Moreno desarrolló gran parte de su obra en chile, país en el que llegó a ocupar el cargo de director de la Biblioteca del Instituto Nacional  en Santiago de Chile. Fue autor además de las siguientes obras:

-Biblioteca peruana

-Apuntes para un  catálogo de impresos en 1896

-Ensayo de una bibliografía general de los periódicos de Bolivia 1825-1905

-Las matanzas de Yáñez en 1886.

Por otra parte, José Roberto Arce, bibliógrafo, establece que las primeras manifestaciones bibliográficas que se dieron en nuestro país, se debe a la labor del chileno José Domingo Cortez, quien publica en 1869 dos obras de suma importancia para el desarrollo de la bibliografía en Bolivia como son: “Parnaso boliviano” y “Galería de hombres celebres de Bolivia” con notas bibliográficas de autores bolivianos.

Asimismo, menciona a otros pioneros en la bibliografía nacional como don  Vicente Ballivián quien en 1872 publica su “Archivo Boliviano” en el que se consigna un catálogo de 321 obras bolivianas.

José Rosendo Gutiérrez  otro destacado bibliógrafo, escritor y poeta del siglo XIX, en 1875 publicó su obra: “Datos para la bibliografía boliviana”, un aporte importante para la bibliografía nacional.

“Biblioteca boliviana” publicada en1878.

“Datos para la bibliografía boliviana”, publicada en 1880.

En el siglo XX, don Nicolás Acosta con su obra: “Apuntes para la bibliografía periodística de la cuidad de La Paz” en 1876 Santiago Vaca Guzmán  con  su obra: “La literatura boliviana” en 1883 Valentín Abecia con su obra: “Adiciones a la biblioteca boliviana de Gabriel René Moreno 1602-1879” publicada en 1899. Manuel Vicente Ballivian, con su obra “Catálogo de los documentos concernientes a la historia geográfica de Bolivia” publicada en1889.

Durante el siglo XX, surgen nuevos personajes entre los que se destacan. José Vásquez Machicado con su obra “Catálogo descriptivo del material del archivo de Indias referente a la historia de Bolivia” publicado en 1943; Arturo Costa de la Torre con su monumental obra “Catálogo de la Bibliografía Boliviana, libros y folletos tomo II” publicado en 1973, Werner Gutentag súbdito alemán, continuó con el  trabajo de Costa de la Torre con su obra “Bibliografía boliviana" publicada en forma anual desde 1962 hasta el año 1982.Le sigue en importancia el trabajo de Gunnar Mendoza Loza con  su obra “La biblioteca y el archivo nacional de Bolivia” publicado en 1947.

Otros aportes, a la bibliografía boliviana durante  el  siglo XX; Emilio Finot su obra “Biblioteca Boliviana sección libros y folletos” en 1913. León M. Loza, “Bosquejo Histórico del periodismo boliviano” en 1928. Juan Siles Guevara con su obra “Bibliografía de bibliografías bolivianas”1967. Así también; José Roberto Arce por su contribución  a la enseñanza de la bibliografía con  su obra “Manual de Bibliografía” publicada en 1992.

Durante los últimos años, los aportes a la difusión y conocimiento de la bibliografía en Bolivia fueron varios en diferentes ramas. Por otro lado, en estos últimos años no existen obras de trascendental importancia a excepción del “Boletín Bibliográfico” que se viene publicando de forma anual por la Biblioteca y Archivo Nacionales de Bolivia, con sede en la ciudad de sucre.

1.3. BIBLIÓGRAFOS E HISTORIADORES DE LA LITERATURA BOLIVIANA

JOSÉ PALMA. Bibliógrafo, escritor e historiador. Profesor de literatura. Rector de la UMSA. Sus obras son: (1902) “El naturalismo en la novela”. (1905) “Nociones de historia de la literatura”.

ABEL ALARCÓN. Bibliógrafo, poeta, escritor y traductor. Su obra (1917) “La literatura boliviana”.

ROSENDO VILLALOBOS. Bibliógrafo, poeta, escritor, investigador histórico. Su obra (1936) “Letras bolivianas”.

JUAN FRANCISCO BEDREGAL. Bibliógrafo, poeta y escritor. Su obra (1925) “Estudio sintético de la Literatura Boliviana”.

ANGEL SALAS. Bibliógrafo, escritor, crítico y comentarista. Sus obras: (1925) “La literatura dramática en Bolivia”. “Ensayo de bibliografía dramática en Bolivia”.  “Breve ensayo sobre el periodismo”.

ENRIQUE FINOT. Bibliógrafo, historiador, literato y publicista. Sus obras son: (1935) “La cultura colonial española en el Alto Perú”. (1943) “Historia de la Literatura Boliviana”. (1955) “Historia de la Literatura Boliviana”. Segunda edición.

FERNANDO DIEZ DE MEDINA. Bibliógrafo, escritor y literato. Sus obras son: (1947) “Perfil de la Literatura Boliviana”. (1956) “Las letras bolivianas en 1956”. (1959) “Literatura boliviana”.

HERNÁN CÉSPEDES ESPINOZA. Bibliógrafo y escritor. Su obra en 1948 “Historia de la literatura Boliviana”.

 EDGAR ÁVILA ECHAZÚ. Bibliógrafo y escritor. Su obra en 1963 “Resumen de la literatura Boliviana”.

JOSÉ DE MESA Y TERESA GISBERT. Bibliógrafos, investigadores históricos  y escritores. Su obra en 1955 “Apéndice al capítulo tercero de la Literatura Boliviana de Enrique Finot”.

VALENTÍN ABECIA BALDIVIESO. Bibliógrafo, escritor e investigador. Sus obras son: “La revolución de 1809”. “Historiografía Boliviana”.

JOSÉ AGUSTIN MORALES: bibliógrafo, escritor e historiador. Su obra en: 1925 “Los primeros cien años de la república de Bolivia”.

GUILLERMO FRANCOVICH: bibliógrafo, escritor, filósofo e historiador. Sus obras son: (1945) “La Filosofía en Bolivia”. (1948) “El pensamiento universitario de Charcas y otros ensayos”. (1956) “El pensamiento boliviano en el siglo XX”.

ROBERTO PRUDENCIO: bibliógrafo, escritor, filósofo y catedrático. Sus obras en 1948 son: “La poesía paceña”.  “La historiografía paceña”.

CARLOS MEDINACELLI: bibliógrafo, escritor, biógrafo e investigador. Sus obras son: (1938) “Estudios críticos”. (1940) “Los prosistas bolivianos en la época del modernismo”. (1944) “La biografía en Bolivia”.

PORFIRIO DIAZ MACHICAO: bibliógrafo, escritor, historiador y literato. Sus obras son: (1962) “Un hablar de libros”. (---) “Recuento cultural en la literatura”.

1.4. REPERTORIOS BIBLIOGRÁFICOS BOLIVIANOS.
Entre los más destacados se encuentran:
GABRIEL RENÉ MORENO

·         BIBLIOGRAFÍA BOLIVIANA. (1873)

·         PROYECTO DE UNA ESTADISTICA BIBLIOGRAFICA DE LA TIPOGRAFIA BOLIVIANA. (1874)

·         BIBLIOTECA BOLIVIANA. CATALOGO DE LA SECCION DE LIBROS I FOLLETOS. (1879)

JOSÉ ROSENDO GUTIERREZ

·         DATOS PARA LA BIBLIOGRAFÍA BOLIVIANA. (1875)

·         BIBLIOGRAFÍA BOLIVIANA. (1878)

·         DATOS PARA LA BIBLIOGRAFÍA BOLIVIANA, 2º Suplemento. (1880)

NICOLAS ACOSTA

·         APUNTES PARA LA BIBLIOGRAFÍA PERIODÍSTICA DE LA PAZ. (1876)

RICARDO UGARTE

·         DATOS PARA LA BIBLIOGRAFÍA BOLIVIANA. (1878)

PEDRO KRAMER

·         CATÁLOGO GENERAL DE LA BIBLIOTECA PÚBLICA. (1896)

·         COMPENDIO DE HISTORIA DE BOLIVIA. (1894)

MANUEL VICENTE BALLIVIAN

·         ARCHIVO Municipal. Actas de la diputación provincial  desde el 1º de julio de 1822 hasta el 31 de enero de 1824, copiados del origen en poder de la testamentaria de Alcides D´Orbigny. “La Tribuna”. (1880)

·         BIBLIOGRAFÍA. Catalogo de los libros, folletos, mapas y colecciones periodísticas que forman la biblioteca de la Oficina  Nacional de Inmigración, Estadística y Propaganda Geográfica. (1887)

·         CATALOGO de los documentos concernientes a la Historia Geográfica de Bolivia. (1889)

2. CONCLUSIONES

Se han escrito muy pocos libros sobre la Bibliografía Boliviana. Los estudios y ensayos sobre la Historia de Literatura Boliviana son también escasos y contados y casi siempre con tendencia selectiva. Esto se debe en parte a  los escritores y hombres de letras bolivianas que, con muy contadas excepciones, no se preocuparon de dar a conocer más allá de las fronteras la producción literaria nacional, así como también los gobiernos y autoridades del ramo de educación que nunca prestaron ayuda, haciéndolo solo y con marcada preferencia con los escritores y favoritos de sus regímenes políticos. La producción de la literatura boliviana ha sido y sigue siendo la más desconocida en el exterior.

3. RECOMENDACIONES
Para esta finalidad, se debe buscar relaciones estrechas con las instituciones y círculos de bibliógrafos,  bibliotecarios y archivistas, cámara del libro y otras sedes bibliográficas y extranjeras. Impulsar el servicio de canjes de libros y folletos impresos en el país y el exterior que se relacionen con Bolivia. Patrocinar y Coadyuvar a instituciones de bibliografía y biblioteconomía.  Procurar conseguir de las autoridades una decisiva cooperación, una franca política fiscal para sentar las bases de estudios y trabajo sobre la ciencia bibliográfica.
Es una necesidad agrupar a los bibliógrafos, bibliotecarios y archiveros, para coordinar su esfuerzo y conocimientos, con tendencias a catalogar, clasificar y difundir las actividades y producción literaria de autores nacionales y extranjeros. Concurrir a Congresos Internacionales de Instituciones análogas. Promover Congresos Nacionales sobre bibliografía, bibliotecas y archivos. Reedición de obras importantes. Fomentar publicaciones de boletines, anuarios bibliográficos y otros afines al conocimiento y difusión del libro nacional y extranjero.
Es preciso que los gobiernos estimulen la producción de esta clase de trabajos mediante el otorgamiento de premios, distinciones, becas y sobre todo, ejecute la impresión de libros, boletines, anuarios, etc. Así como una decidida cooperación y colaboración de las Universidades, instituciones y sociedades culturales particulares que han sido creadas con proyectos culturales.

Bibliografía.

COSTA DE LA TORRE, Arturo. Catálogo de la bibliografía boliviana. 1972
GUTTENTAG, Werner.  Bibliografía boliviana. Espasa Calpe. Enciclopedia  tomo 2
ARZE, José Roberto. Ensayo de una bibliografía biográfica boliviana (1982); Manual de bibliografía (1992).

viernes, 14 de septiembre de 2012

AUDIOVISUALES Y EL VALOR PEDAGOGICO


1.      El hecho audiovisual.
Los lenguajes audiovisuales aparecen a lo largo del siglo XX como nuevos elementos de atracción, de recurso y de información. La realidad audiovisual no se limita solo al sonido e imagen ante la vista y el oído del destinatario. Hay una tercera dimensión, que es el movimiento, con ritmo, estímulo y colaboración inconsciente del receptor, quien pone su fantasía en funcionamiento. 

Son lenguajes vivos y completos con energía encauzada, estímulo sostenido, capacidad persuasiva, que se comparten. Los mensajes se refuerzan con el apoyo del entorno de las personas cercanas. También se acomodan a lo que el niño usa con preferencia: ojos, manos, oídos y a la que el joven prefiere como cauce de evasión y de puesta en juego de mecanismos afectivos de compensación. Precisamente por eso tienen tanto valor pedagógico. 

2. Tres rasgos o factores. En el campo audiovisual se toman en cuenta 3 variables: 

2.1. Visual

Se expresa por el valor de la imagen que se sitúa ante los ojos. Unas veces es imagen conocida; en ocasiones se presenta como novedoso y original. 

La imagen es el punto de partida para que la mente comience a funcionar, estimulan la fantasía, la mente se encauza hacia el objetivo propuesto. Por eso es importante el color, el tamaño, la posición, la variedad de formas, la diversidad que procede de la naturaleza, los contrastes. Todo lo que entra por los ojos, llega a la mente, se combina en ella y se dinamiza con la efectividad. 

2.2. Auditiva

En el producto audiovisual, se pone también en funcionamiento el sonido: palabra, música, ruido, silencio. Es el segundo factor que da fuerza a este lenguaje y estimula la creatividad de la mente, tanto de quien la emplea para comunicar como de quien recibe lo que transmite. Es la mente la que “organiza”, a partir de lo que entra por los ojos y oídos. La respuesta depende de cada uno.

Las formas de ofrecer los sonidos son múltiples. La palabra se expresa en monólogos, diálogos y coloquios. Entre los sonidos están la música y la canción. Los oídos se intercomunican con las imágenes llegadas por los ojos y en el interior se enlazan con ellas. 

2.3. Motriz

El movimiento es la tercera dimensión de los lenguajes audiovisuales. El movimiento es equivalente a la vida. En el lenguaje audiovisual el poder comunicativo está en el ritmo, en la sucesión, en la naturalidad con que van aconteciendo los hechos. Sin el movimiento, se cae en la artificialidad y se pierden muchos de los efectos que se producen con la simple imagen visual y con el sonido. Con todo, el movimiento no puede ser salvaje, sino eco y referencia de la inteligencia productora. 

3. Exigencias de lo audiovisual

Los instrumentos en que se apoya este lenguaje son diversos. Sin embargo, todos presentan un común denominador: el poder de transferencia, que es la que explica su influencia. Su difusión y éxito en la cultura moderna y la demanda social de que son objeto, se debe a que son una forma de rápida emisión y fácil recepción. 

Para que un medio audiovisual se convierta en un recurso comunicativo real tiene que tener una serie de rasgos propios. Entre ellos podemos indicar: 

o   A la calidad técnica: de imagen, sonido, proporción, movilidad.

o   A la originalidad de las formas, figuras y a su adaptación a las ideas.

o   A la referencia de atractivo que ejercen las imágenes en los receptores.

o   A la proporción en su número, duración o intensidad, para evitar la fatiga.

o   A la oportunidad de sus expresiones orales y de sus formas visuales. 

4. Variedad audiovisual

4.1Cine

 Es el arte de representar en una pantalla el movimiento simulado mediante la superposición de fotografías proyectadas (24 cuadros por segundo). El espectador recibe la impresión de realidad, efectos de relieve, tridimensionalidad, incluso, con recientes iniciativas informatizadas de selección simulada, de interactividad entre espectador y personajes de la pantalla. 

En los tiempos actuales han disminuido los hábitos sociales de acudir masivamente a salas de proyección (cines). No obstante, se han divulgado otras alternativas comercialmente más atractivas, como los films de consumo individual o las salas de proyección múltiples a gusto del consumidor.
 
4.2.  Televisión y video

La imagen grabada y proyectada de cerca,  como en el video, o a distancia, como  la televisión, es recurso de técnica similar al cine, pero con contenidos e intensiones más momentáneas. Mediante la toma de vistas y  su emisión, simultánea o diferida, potenciada al máximo con los modernos cauces de  difusión (satélite, cable, fibra óptica, alta definición, etc.). 

Es un poderoso elemento de influencia, no solo en campos informativos si no en toda la gama de sentimientos preferencias, actitudes, mensajes hábilmente repetidos o seleccionados.  


El video o las grabaciones videoscópicas o magnetoscópicas con términos usuales imprecisos, se prestan a elaborar o usar una imagen en movimiento más cercana, seleccionada a gusto y mantenida y manipulada según desea quien hábilmente dispone la información gráfica registrada.  Las variadas tecnologías de la imagen siguen ofreciendo recursos que parecen no tener fin.

El video se convierte en una técnica con un lenguaje que incide en la vida y en los modos de pensar. Resulta instrumento  portador de lenguajes variables: culturales, sociales, estéticos y religiosos. Va desde el entretenimiento superficial que conduce al vicio (ludomania visual, manipulación, etc.) hasta el uso más digno que facilita la intercomunicación entre personas como en otros tiempos lo facilitó el lenguaje escrito: cartas, libros, prensa, mensajes gráficos. 

4.3. Otros audiovisuales
Fotomontaje o fotocomposición. Supone la unión fácil entre variedad de imágenes gráficas y o fotográficas y palabras, sonidos o símbolos, para proporcionar a las receptores una reflexión o interpretación de las figuras a de las intenciones que hay detrás de ellas. El aprovechamiento de “prensa de desecho” ofrece tantos recursos en cantidad y tan asequibles que en cualquier ambiente se cuentan con cantidades inagotables para ello (periódicos y revistas abandonadas, folletos comerciales, etc.)



La fotopalabra, explicación viva de imágenes previamente seleccionadas, como forma de expresión; recopilación ordenada (collage) o a cadenas improvisadas (montaje) o abanicos de figuras que suscitan la observación y la crítica de quienes la contemplan.

Y también se puede sugerir variadas técnicas de documentación, como confección de dossieres, de archivos, de entrevistas, de documentos gráficos o sonoros debidamente graduados y seriados, que se ofrecen posteriormente para la reflexión y el registro de datos. 
 
 

5. Poder educativo

Es frecuente usar los medios audiovisuales en actividades pedagógicas. Su valor depende del modo de uso y de los resultados que se consiguen. 

El niño está en proceso de desarrollo, necesita y busca experiencias sensoriales. Estos lenguajes le ofrecen todo ello: sensación, movimiento y satisfacción. Le brindan vida, combinan las ideas con las imágenes. Hacen posible la precisión que él, por inmadurez, no puede todavía generar o comprender. Interesa valorar el poder de persuasión y de transmisión que estos lenguajes tienen en el niño. Cuando las entienden como lenguaje, las usan con interés, con moderación, con adaptación al mensaje que se quiere transmitir.  

5.1. Calidad técnica

Se debe emplear con interés lo que realmente es valioso, tomando en cuenta lo diguiente:

1. Calidad de imagen, combinando tamaños, colores, figuras, preparación.

2. Brevedad en la exposición de cada imagen.

3. Movilidad de las mismas en armonía con la dinámica mental del espectador.

4. Variedad de figuras que van desde el contraste, al juego hábil de planos fotográficos de diverso alcance.

5. Adaptación al sujeto receptor.

6. Proporción entre el conjunto y cada segmento.

7. Sencillez en las formas, buscando más la comunicación que la exhibición.

8. Visibilidad o claridad en la figura, la cual no debe precisar explicaciones para entender su presencia.

9. Progresión o sucesión según un plan previsto y finamente predispuesto.

10. Originalidad, creatividad, novedad y cierta sorpresa que ayude a mantener el interés y la atención hasta el final. 

5.2. Habilidad pedagógica

Es conveniente cierta austeridad, mucha adaptación y gran capacidad de interpretación. La austeridad exige emplear el audiovisual sólo cuando es provechoso. La adaptación conduce a diferenciar bien las edades, los mensajes que se transmiten y los momentos en que se hacen. La interpretación exige que el esfuerzo hecho pare leer la imagen no sea superior al que se realice para producirla y transmitirla. 

El valor del lenguaje está en la capacidad para dar claridad al mensaje. Los lenguajes educativos visuales son poderosos para comunicar, pero requieren experiencia y habilidad para persuadir, interesar y clarificar.  

6. Conclusiones.

Con estos lenguajes audiovisuales se dirige el educador  al grupo más que al individuo. Cuando se emplean se pretende que todos, y no los más capaces, sepan mirar las cosas, al mismo tiempo que vean, escuchen al mismo ritmo, piensen y en forma paralela juzguen. Esto significa que deben ser lenguajes muy activos y atractivos, porque si conducen a la pasividad,  pierden el verdadero alcance que los define como vehículos de comunicación. 

FUENTE

Texto tomado de: Diccionario de Pedagogía Religiosa. Lima: Bruño, 2006. t. 1, p. 113-116